Con el brazo en un faldón de la toga, como si fuera un cónsul romano, así mandó que le retrataran el alcalde a sus 50 años de edad.
A los gobernantes de Amsterdam les gustaba imitar a sus famosos antecesores romanos.
El escultor Artus Quellinus, natural de Flandes, hizo un busto con aires reales. Si lo consiguió no fue por la indumentaria de De Graeff (lleva ropa de su época y un gorro como de casa) sino gracias a la monumentalidad y al costoso material.
El mármol, la piedra en la que los grandes de aquel entonces mandaban esculpir su retrato, se consideraba muy apropiado para los ilustres de aquella sociedad de burgueses orgullosos de sí mismos.
El texto que aparece en el zócalo traducido dice: "Andries de Graeff, cónsul de Amsterdam, hecho por Quellinus en 1661"
Retrato de Andries de Graeff (Rembrandt van Rijn, 1606 - 1669) 1639, Óleo sobre lienzo, 199 x 124 cm Staatliche Museen, Kassel
Para Rembrandt, era una excepción realizar retratos de cuerpo entero. Los clientes preferían los de medio cuerpo, generalmente por razones de coste. Aquellos quienes, entonces, poseían sus propios retratos en vida tenían un objetivo concreto en mente: demostrar su riqueza y estatus social.
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interesante tema... la pintura en esos tiempos siempre se usaba como para retratar el momento, el status, como vivian... y me imagino que es igual de caro que ahora jejej pero claro habian grandes maestros en esa epoca!
ResponderEliminarFeliz año nuevo, no habia pasado a deseártelo antes!!! Bendiciones y cuidate!
Palas:
ResponderEliminarHola, feliz año 2009.
Supongo que sí, ahora tampoco es barata la pintura.
Qué penalidades pasaron algunos de esos que ahora son considerados genios de la pintura, como Van Gogh que no conseguían vender su obra. Y otros que casi se morían de hambre.
Los que vivían bien eran los que pintaban a la corte.
Un saludo.