En 1999 publicó el libro "Malignant Sadness. The Anatomy of Depression". En este libro cuenta su experiencia depresiva a la que denominó "tristeza maligna" y lo difícil que fue para él superar la crisis que padeció y que hizo sufrir tanto a su segunda esposa.
Las continuas amenazas suicidas de Lewis de arrojarse al Támesis desde un puente durante más de tres años, atormentaban a su esposa de tal manera, que ella era incapaz de luchar contra el cáncer que la llevó a la tumba.
Lewis, en cambio, ha llegado a una avanzada edad con una buena salud física y mental gracias a la decisión que tomó de investigar y tratarse esa enfermedad tan ignorada por muchos.
El llamarle "tristeza maligna" es muy acertado ya que la depresión (considerada como una enfermedad del cerebro) no sólo es uno de los factores internos de la desdicha sino que es el más destructor de todos los factores que crecen en nuestro ser, provoca que el enfermo pierda la esperanza y las ilusiones y se centre en sus propias desgracias y en el miedo.
Es por eso que la depresión es una grave enfermedad a la que no se le atiende debidamente en la mayoría de los casos.
Así como ahora estamos sufriendo los costes de las enfermedades causadas por el alcohol y el tabaco, dentro de unos años, constataremos el enorme coste social en que habremos incurrido al no abordar seriamente el problema de la salud mental actualmente.
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