Almería era una ciudad indefensa durante la Guerra Civil y por ello fue víctima de intensos bombardeos, cuyo principal objetivo era minar la moral de sus habitantes.
Para la defensa de la población se hizo necesaria la construcción de los refugios, realizados con el trabajo voluntario de los ciudadanos y financiación popular.
Almerienses construyendo los refugios
En la construcción de los refugios participaron todos los ciudadanos, sin distinción de edad ni sexo.
Casi dos años después, la red de refugios de la ciudad era capaz de proteger a 35.000 personas en sus 4.500 metros de galerías con 9 metros de profundidad.
Sus constructores previeron espacios de apoyo para distintas funciones, que se ubican en los laterales de las galerías principales, como este almacén-despensa, imprescindible en caso de bombardeos prolongados, como ocurriría en la II Guerra Mundial.
Almacén-despensa de los refugios
La gente corre por las calles. Casi no hay tiempo para coger nada. Sus hogares quedan vacíos por un momento. Al otro lado de la ciudad, un pastelero y su hijo todavía tienen un instante para coger unos dulces. No se sabe cuándo saldrán de allí. Recorren las galerías ofreciendo sus pasteles. Abajo, en los refugios, la única moneda de pago es una sonrisa.
El arquitecto municipal Guillermo Langle fue el responsable principal de la construcción de los refugios, cuyo objetivo principal era proteger a toda la población almeriense, que vivía aterrorizada por los bombardeos.
Todos los barrios contarían con sus propios refugios, pues el tiempo era vital para la seguridad, además de las defensas que ofrecían las minas y cuevas de la ciudad, así como los sótanos de algunas viviendas.
Incluso algunas personas construyeron sus refugios particulares, como lo hizo el propio Guillermo Langle en su vivienda de la calle Rueda López. Se trataba de un espacio pequeño, desnudo salvo unas pequeñas banquetas, suficiente para aguantar el tiempo que durara el bombardeo.
Los aviones se acercan. Las bombas comienzan de nuevo a caer sobre Almería. El matrimonio Langle busca a sus niños. Corren hacia el refugio bajo su casa. Allí permanecen sentados en pequeñas banquetas, esperando a que el bombardeo finalice. Entonces, lo pequeños volverán a sus habitaciones para recoger los juguetes que dejaron olvidados.
El 8 de Febrero de 1937, Málaga fue tomada por las tropas franquistas. Más de 50.000 personas huyeron despavoridas hacia Almería. Durante el trayecto a pie por la carretera fueron cruelmente ametralladas y bombardeadas.
Como consecuencia de este trágico suceso se creó la Delegación de Evacuación.
El Quirófano de los refugios del Guerra Civil Española en Almería
Más tarde, en 1938, se acordó hacer una galería que comunicara con los refugios e instalar allí un quirófano. De nuevo el arquitecto de esta obra fue Guillermo Langle.
El quirófano contaba con un motor para producir corriente eléctrica con dos tubos hacia el exterior para la entrada y salida de gases.
La especie de lejas que se ven a la izquierda hacían las funciones de camillas.
A finales de Agosto de 1938, un bombardeo sobresalta Almería. El Banco de España es alcanzado. El quirófano enciende las luces. Sobre la camilla, un hombre. Ha sido alcanzado en el ataque. Es operado a vida o muerte. Al final, los médicos consiguen salvar su vida.
Dibujo realizado por un niño en una de las paredes de las galerías rascando la pared con un objeto punzante.
Abajo aparece la figura de un avión, arriba simula que están cayendo bombas y a la izquierda se observa la parte frontal de un barco.
Este vídeo tiene una pequeña y conmovedora historia:
Entradas
.jpg)
