Vincent Van Gogh en Auvers

En mayo de 1890, Van Gogh se marchó a vivir a Auvers-sur-Oise, una localidad cerca de París, donde el Dr. Gachet, médico y pintor aficionado, se había ofrecido a cuidarle en adelante.

La Iglesia de Auvers (Auvers, junio de 1890) Óleo sobre lienzo, 94 x 74 cm. París, Musée d'Orsay.

La iglesia, construida con formas fijas y exactamente definidas, produce el efecto de una compacta escultura, representando, con la naturaleza una unidad orgánica. El azul cobalto del cielo es un color nocturno, el espacio da una sensación de oscuridad, la luz es irreal. Un cielo oscuro, la luz y los caminos que se bifurcan en forma de uve en primer plano nos sugiere amplitud.

"También he realizado un cuadro grande de la iglesia del pueblo en el que aparece el edificio en tonos violetas, recortándose ante un cielo de un azul profundo, de un color puro; las vidrieras son como manchas de una tonalidad ultramarina, el tejado es violeta con una parte anaranjada. En primer plano, hierba verde con flores silvestres y una tierra rosada e inundada de sol. Se parece mucho a los estudios que hice en Nuenen del viejo campanario y el cementerio, sólo que el colorido aquí es más rico y expresivo."
Vincent Van Gogh


Carretera con ciprés bajo el cielo estrellado (Auvers, mayo de 1890) Óleo sobre lienzo, 92 x 73 cm. Otterlo, Rijksmuseum Kröller-Müller.

Las pinceladas, en van Gogh siempre de enorme fuerza, se convierten aquí en un verdadero torrente, en una avalancha que se desborda por toda la tela. Estas nerviosas pinceladas aquí llegan al límite, como ocurrió con el color en Arles. Los objetos han perdido su forma estable, sus siluetas se alargan, retorciéndose y serpenteando.
Ellas enlazan el objeto que ya no es más que un alud de partículas que siguen el movimiento de los contornos. Sus colores son atenuados y opacos, la energía de las líneas se ha sobrepuesto a la energía del color. Este trazo impetuoso parece formar en el cuadro diferentes centros de fuerza que se compenetran y luchan entre sí, como si fueran campos magnéticos que se atraen y se repelen simultáneamente.

El paisaje real adquiere un carácter casi sobrenatural, a lo que contribuye la disposición central de los oscuros cipreses, elementos dominantes, situados entre el sol y la luna con sus amplios halos de luz. Dos árboles estrechamente unidos se elevan hacia el cielo. La tierra está llena de formas semejantes, con el campo amarillo, el sendero ondulante como un torrente y un horizonte azul de montañas planas al fondo, al que responden hileras de hierba verde al borde del camino.

Todo este movimiento tiene un fuerte contraste en las dos figuras andando por el camino, el caballo tirando de un carro amarillo y la casa iluminada al fondo, a la derecha. En cada sector las pinceladas tienen una configuración especial: concéntricas en el cielo; paralelas, entrelazadas y convergentes en la tierra; como llamaradas que se alzan hacia arriba en los árboles que unen ambos sectores. Todo el cuadro se encuentra en un estado de palpitante inmovilidad.

"Un cielo nocturno con una mortecina luna creciente que apenas se destaca de las oscuras sombras de la tierra -una estrella de un resplandor inusitado, rosa y verde, en un cielo de azul ultramarino por el que se deslizan algunas nubes. Abajo, un camino bordeado de altas cañas amarillas, detrás de las bajas Alpilles azuladas, una vieja posada con las ventanas encendidas en un tono naranja y un ciprés altísimo, muy recto y muy oscuro. Por el camino un carro amarillo tirado por un caballo blanco y dos caminantes rezagados. Muy romántico ..., pero me parece que también muy típico de la Provenza."
Vincent Van Gogh

Retrato del Dr. Gachet (Auvers, junio de 1890) Óleo sobre lienzo, 66 x 57 cm. Tokio, Colección Ryoei Saito.

El "Retrato del Dr. Gachet" es considerado como su indiscutible obra maestra de este género. La personalidad peculiar y excéntrica del médico, que se dedicaba también a la pintura y era amigo de algunos impresionistas, como Paul Cézanne y Camille Pisarro, le había llamado la atención y sintonizaron inmediatamente, ya que tras el año de aislamiento pasado en Saint-Rémy, hallaba por fin a alguien con quien compartir sus opiniones sobre arte.

En el doctor había buscado también el modelo tan buscado y, sólo después de dos semanas de llegar, se dispuso a retratarlo, trabajando intensamente en la realización de la imagen. Gachet se entusiasmó con ella, tanto que pidió a Vincent que hiciera una segunda versión.

"La cabeza, con una gorra blanca, muy rubia, muy clara; también la carnación de las manos muy blanca, un frac azul y un fondo azul cobalto."

Vincent Van Gogh (carta a Theo, 4 de junio de 1890)

El cuadro es tremendamente innovador: el artista ha abandonado las poses estáticas y convencionales de los retratos ejecutados en Arles, captando a su amigo en un gesto familiar. Un halo de melancolía, tristeza y resignación se refleja en el rostro de Gachet, marcado por "la desesperada expresión de nuestra época, " (carta a Gauguin, junio 1890) que traspasa y determina todo el cuadro.

Todos los trazos y tonos se adaptan a esta melancólica atmósfera, formando una unidad original. Las líneas siguen esencialmente la abatida inclinación del personaje que nos revela el estado de ánimo de este ser sensible y desalentado. Las líneas del fondo concuerdan con las de la gorra, el rostro y los hombros. Lleva una chaqueta de un azul ultramarino, lo que hace resaltar la cara, acentuando aún más su palidez.

La mirada afligida de sus claros ojos azules, como cubierta por un velo de tristeza, mira perdida hacia el infinito. Un azul matizado de claro a oscuro (en el cielo, las colinas del fondo y el traje) domina todo el cuadro y aparece también en las flores y en las pupilas del médico.

En el retrato, Vincent pone en escena un fuerte contraste cromático. El espacio está dividido en diagonal por la línea de una mesa roja, en la que se apoya el doctor Gachet. Se combinan distintos tipos de pinceladas: el plano de la mesa se ejecuta en trazos rectos, mientras que la chaqueta y una parte del fondo se animan con trazos curvilíneos; la parte superior de la obra, en fin, separada mediante una línea ondulada, que forma una especie de motivo ornamental detrás de la cabeza del médico, se rellena con los entrecruzamientos en ángulo recto que caracterizaban sus retratos provenzales.

Esta pintura contribuyó en gran parte a fomentar la amistad entre los dos hombres. El arte se convirtió en el fuerte vínculo de su amistad, y van Gogh se sentía entusiasmado de poder pintar, por fin, a alguien que comprendía de verdad su trabajo. Después de tan larga soledad había encontrado a una persona con la que podía hablar de sus cuadros.

" El Sr. Gachet me parece tan enfermo y nervioso como tú y como yo, siendo además mucho mayor que nosotros. Hace algún tiempo perdió a su mujer, pero es ante todo médico y su experiencia y su fe le ayudan a mantener el equilibrio. Nos hemos hecho bastante amigos. Estoy haciéndole un retrato, con la cabeza cubierta con una gorra blanca y sus cabellos rubios en tonos muy claros; la carne de las manos también es muy clara; lleva una levita azul y el fondo es de un azul cobalto. Está apoyado sobre una mesa roja, en la que hay unos libros amarillos y una planta con flores púrpuras."

Vincent van Gogh

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4 comentarios:

Gregorio Toribio Álvarez dijo...

¡Qué lastima que grandes hombres como este vivieran en la miseria y su validez sea reconocida a posteriori!

Saludos y buena entrada. Hay que culturizarse gracias a bloggers como tú.

María José dijo...

Grego:
La que más se culturiza con el blog soy yo. Me sé todos los contenidos de mis entradas.
Van Gogh fue un genio incomprendido y sensible. Fue creativo, no pintaba por encargo para la burguesía, así que no vendía sus cuadros. Esto le deprimía aún más. Le hundía en su desdicha y su soledad.

Vah Gogh es mi pintor favorito.

Un saludo.

Mª Jesus dijo...

Fue todo un genio, lástima que no se reconociera su prestigio y validez en la época. Desgraciadamente casi todo se valora cuando se pierde. Ahora lo valoramos nosotros. Saludos

María José dijo...

Mª Jesús:
Su propia situación era un círculo vicioso del que no podía salir.
Sólo vendió un cuadro en vida, ahora son de los más caros en las subastas.
Van Gohg, logró la inmortalidad gracias a su obra.

Besos.

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