Kevin Warwick - Cibernética: Conectar máquinas al cerebro – Ciencia

Kevin_Warwick
 
Kevin Warwick, profesor de cibernética de la Universidad de Reading (Inglaterra) y ciborg.

“Cuando todos llevemos chips en el cerebro, podremos comunicarnos sin tener que hablar”
“Un día llegaremos a desembarazarnos del cuerpo y sus necesidades”

(Kevin Warwick)


Un día será algo corriente llevar chips integrados en el cerebro para solventar incapacidades, para curar o suavizar efectos de lesiones o incluso para mejorar nuestras habilidades mentales y ampliar nuestros sentidos. La cibernética inundará la vida cotidiana poco a poco, sin que nos demos cuenta ni veamos una gran revolución.

Usando el silicio mediante unos electrodos conectados al sistema nervioso, Kevin Warwick consiguió estimular el cerebro. Él y su esposa se conectaron electrónicamente para comunicarse telepáticamente mediante unos implantes con neurocirugía en el sistema nervioso.

En el fututo podríamos comunicarnos sin necesidad de hablar, solo con el pensamiento.
Estos experimentos intentan ver la manera de usar la tecnología, la micro informática, para ayudar a las personas incapacitadas, a quienes les falta un miembro o incluso a quienes padecen problemas de visión o incluso ceguera. 

En el futuro todos llevarán algún tipo de implante en el cerebro, se prevendrá la enfermedad de parkinson, los ciegos volverán a ver, nos comunicaremos a través del pensamiento, aumentará nuestra memoria, la inteligencia artificial nos servirá para ayudar a los demás, se sacará más partido a nuestro cerebro y a las máquinas.

En lo que más nos diferenciamos de los animales es en la cultura. Si se puede cambiar el cerebro de la gente, se puede cambiar el mundo.

ENLACES:
- Índice de  CIENCIA

1 comentario:

Carlos Alberto dijo...

A mediados de los años setenta, en «Los dragones del Edén», un libro de divulgación científica que ganó el Premio Pulitzer, el astrónomo estadounidense Carl Sagan decía que:

«Es posible que algún día puedan implantarse quirúrgicamente en el cerebro pequeños módulos intercambiables de computador o terminales de radio que nos enseñen a hablar rápida y fluidamente vasco, urdú, amárico, ainú, albano, nu, hopi, kung o el lenguaje de los delfines; que nos dé a conocer los valores numéricos de la función gamma incompleta o de los polinomios de Tchebycheff; que nos muestre la historia natural relativa a las facultades rastreadoras de los animales, que dictamine cuáles son los precedentes legales sobre la propiedad de las islas flotantes, o que facilite, aunque sea temporalmente, la telepatía por ondas radioeléctricas entre varios individuos en una forma de asociación simbiótica antes desconocida para nuestra especie.»

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